Ritual del Fuego Nuevo
Santiago Zapotitlán es uno de los siete pueblos que conforman la delegación
Tláhuac,
Distrito Federal,
México. Se localiza al noroeste de la cabecera delegacional, al pie del
volcán Xaltepec, en la
sierra de Santa Catarina,
y cuenta con una población aproximada de 76 mil habitantes, con lo cual
se considera el sitio más poblado de la delegación, y el segundo más
poblado de las delegaciones del sur, solamente superado por
Xochimilco.
Zapotitlán es un pueblo muy famosos por sus ferias y fiestas, entre las
que destacan la feria de luces y música, sin duda la más importante
dentro de la delegación y a nivel nacional; es una de las más visitadas,
junto con la
feria de Texcoco y la
feria de San Marcos.
También es relevante el carnaval, una de las tradiciones con más
historia dentro del pueblo. Actualmente el pueblo está dividido en siete
barrios: Santiago sur, Santiago centro y Santiago norte, Santa Anna
sur, Santa Anna centro, Santa Anna norte y Santa Anna Poniente, además
de la colonia la Conchita Zapotitlán.
Orígenes prehispánicos de Zapotitlán
Los antecendentes históricos de lo que hoy conocemos como Tláhuac, antiguamente
Cuitláhuac, lo ubican como el lugar donde se establecieron los
cuitlahuacas, que se situaron en la antigua ribera de los
lagos de Xochimilco y
de Chalco. A su llegada a esta región, se encontraba poblada por otros grupos
chichimecas,
asentados con anterioridad, ya que habían superado sus orígenes nómadas
y habían construido un refinado sistema de pensamiento en torno al
Cosmos, la mitología, el lenguaje, etcétera, y el culto a la sabiduría,
la
serpiente emplumada de
Quetzalcóatl.
Dentro del grupo de los recién llegados, los cuitlahuacas ocupaban una
comunidad insular llamada Cuitláhuac (Tláhuac), localizada entre los
lagos de Xochimilco y Chalco y conectada a tierra firme por las calzadas
al Norte y al Sur. Este islote representaba la cabecera de la región
cuitlahuaca, que extendía su territorio a otras regiones en tierra
firme, el lago que cubría la mayor parte del territorio Cuitlahuaca se
abastecía de los ríos que corrían del Este y de otros arroyos formados
por las vertientes de los volcanes que formaban en su lado oriente. Los
cuitlahuacas formaban parte de los grupos extendidos en la mayor parte
del
Valle de México y de
Toluca.
No representaba un grupo homogéneo políticamente estructurado, aun
cuando participaban del mismo sistema lingüístico. Y, no obstante que
mantenían rasgos culturales semejantes, se diferenciaban políticamente
en el intento casi permanente por ejercer su hegemonía. Se asentaron
alrededor de
1435, aunque se tiene registro de que los primeros pobladores se asentaron hacia
1222, en el margen de los lagos del sur de la cuenca de México, al pie de la Sierra de Santa Catarina.
Zapotitlán, pueblo lacustre, subsistía principalmente de la
explotación del lago de Xochimilco, y su actividad económica estaba
basada en la utilización de los recursos del lago; aunque también se
practicaba la
siembra temporal en los
llanos,
pies de monte y cerros circundantes.
Con el establecimiento del
imperio mexica,
se daban luchas constantes entre los grupos locales por conquistar
nuevos territorios. Fue así como Zapotitlán obtuvo grandes extensiones
de territorio. Sin embargo, su provincia tributaria para el régimen
mexica era
Petlacalco según el
Códice Mendocino. Incluía el lago de Chalco y su orilla sur. Junto a Zapotitlán tributaban otros pueblos como Cuitláhuac,
Tezcacóatl,
Mixquic,
Toyac y
Tecalco, entre otros.
La cosmovisión
La cosmovisión mesoamericana que tiene el pueblo de Santiago es sui
generis en las culturas de la ciudad de México: “El ciclo del maíz
permitió esta cosmovisión que conservan de manera fragmentada, pero que
corresponde a la visión que tenían los mesoamericanos antes de la
llegada de los españoles”. La característica de la religión
mesoamericana la constituía la dualidad; esa existencia en dos extremos,
que se niegan y confirman a la vez, donde existe lo bueno porque existe
lo malo, la vida por la muerte, lo húmedo por lo seco y así,
infinitamente. Esta característica se evidencia en el pueblo de Santiago
Zapotitlán, al considerarse este principio en su patrón urbanístico,
pues el pueblo originalmente se compone de dos barrios: el de Santa Ana,
al poniente (femenino) y el de Santiago, al oriente (masculino). En el
pueblo de Zapotitlán, es este esquema dualista el mismo que impera en el
reparto de autoridades, pues cada barrio tiene sus mayordomías, las
cuales se organizan en números ascendentes a partir de su cercanía con
la línea divisoria, que es la calle transversal a la avenida Tláhuac,
misma que pasa frente a la iglesia. Este lugar marca el centro del
pueblo y es donde se realiza la espectacular quema de “castillos”. El
centro o la plaza, es otro elemento mesoamericano, que en aquella época
se señalaba con un árbol, el llamado “árbol cósmico” que divide al mundo
en tres niveles (en sus raíces, el mundo de los muertos; en su tronco,
el mundo de los vivos; y en el follaje, el mundo de los dioses).
Zapotitlán tiene como elemento representativo al árbol del zapote, un
árbol que muestra frutos en sus tres ramas y en el tronco, unos dientes
(tlanti). La dualidad de esta cultura se puede observar en el culto al
dios Ometéotl, que aunque no se podía representar gráficamente, se sabe
que tenía dos caras: Omecíhuatl dos mujer, Ometecutli, dos hombre. Son
máscaras que existen en el Museo de Antropología, donde se representa en
una mitad el cráneo y en la otra, la cara íntegra del dios. Esta
representación, apunta el investigador “es la noción del dualismo, se
supone que la divinidad en términos náhuatl era una dualidad, todos los
dioses y diosas son manifestaciones de Omecíhuatl y Ometecutli”.
Toponimia de Zapotitlán
La frontera norte cuitlahuaca por el lado noroeste la marcaba
Tzapotitlán, representado por un árbol que muestra los zapotes en sus
tres ramales, y en el tronco unos
dientes tlantli, que representan la terminación
tlan. El nombre propio es
Tzapotitlán, que se compone de
Tzapotl, abreviación de
Cuatzapotl,
árbol de zapote, y
titlan, "entre"; por lo tanto, significa "entre árboles de zapote".
Danza en Zapotitlán
Una de las danzas tradicionales del pueblo de Santiago Zapotitlán es la
danza prehispánica. En
1901 levantó el
estandarte el general
Juan Jiménez Castañeda, quien heredó su legado al general
Santiago Jiménez Gómez (hijo), quien a su vez lo heredó al general
Agustín Jiménez Gómez
(hijo); actualmente heredó tan grande tradición el capitán José Luis
Jiménez Arenas (nieto). Los herederos siguen efectuando las danzas con
motivo de las festividades del pueblo; cada medio año se reúnen para
proporcionar cantos y danzas en honor al santo patrono del pueblo. A lo
largo de los años se ha mantenido viva esta tradición, y se ha venido
inculcando a las nuevas generaciones el amor y convicción de continuar
gran tradición que perdurará por muchos años más.
Época colonial: fiscales, samaneros e iglesias
A raíz de la
conquista española, se inicia el proceso de
evangelización estableciendo
parroquias;
este proceso comprendía dos etapas. En la primera, la más violenta, se
hizo frente directamente con toda intolerancia el pensamiento nativo. En
la segunda, el proceso de aculturación absorbió gran parte de las
divinidades prehispánicas, integrándolas con los
santos cristianos. Por lo tanto, a Zapotitlán se le incorpora
Santiago, que quedaría como
santo patrono del pueblo. Los antiguos rituales
paganos
tuvieron su derivación al tratar de influir en los ciclos de la
Naturaleza, tras lo cual los colonizadores probaron la efectividad de la
pólvora y los
fuegos artificiales
para sustituirlo y así tener control ideológico sobre los indígenas,
con lo que se incorporaron de manera definitiva a las nuevas
tradiciones. La ubicación del templo católico se situó justo en medio de
los dos
calpullis, probablemente en el mismo lugar en el que se encontraba el templo prehispánico.
Un primer templo fue construido de materiales perecederos. En
1641 se construyó un segundo templo, que finalmente se demolió en
1938 para edificar el actual templo, que a su vez se terminó en
1941 y recibió el nombre de
Parroquia de la Inmaculada Concepción y que conserva un óleo del
siglo VII dedicado a la Sagrada Familia de la Virgen María.
Cultura
En función de sus
usos y costumbres y para mantener vivas sus raíces y tradiciones, las 23
mayordomías
del pueblo de Santiago Zapotitlán, 12 de ellas del Barrio de Santa Ana y
11 del Barrio de Santiago, son las encargadas de toda la planeación y
organización de las fiestas religiosas.
Las Fiestas Patronales del Pueblo de Santiago Zapotitlán son las de
“Luces y Música”, y se celebran durante la semana que corresponda al día
4 de febrero, cuando se festeja al
Señor de las Misericordias. Lo mismo pasa en el mes de julio, durante la semana correspondiente a los días 25 y 26, dedicados a
Santo Santiago Apóstol
y a la Señora Santa Ana, quienes son los patronos de los barrios; en la
primera se rememora el ritual del “Encendido del Fuego Nuevo” que,
aunado a lo autóctono de la
chirimía, el
huéhuetl y el
teponastle, con
instrumentos de cuerda europeos, sin faltar las danzas aztecas de los
concheros,
convierten a la festividad en un espectáculo extraordinario de fuegos
pirotécnicos y danzas prehispánicas, para solaz de lugareños y
visitantes.
El primer domingo de la fiesta se acostumbra la quema de
castillos.
Frente a ellos y en el centro de la plaza están los santos,
reproducidos en tamaño natural. El fuego consume la pólvora de las
estructuras, que miden más de 30 metros cada uno; nunca son menos de
siete castillos.
La clausura de la festividad se lleva a cabo mediante una ceremonia conocida como “
Chavarrio”,
que consiste en la entrega-recepción simbólica de esa festividad, a
través de una “Cruz”, que significa la responsabilidad que asume la
Mayordomía receptora para llevar a cabo la fiesta del año siguiente.
Culmina con la tradicional quema de
toritos de luces.
El Pueblo de Santiago Zapotitlán, con el fin de mostrar su fe
católica , realiza diversas peregrinaciones, siendo la peregrinación
"Acción Católica" a la Basílica de Guadalupe la más importante de la
región. Esta se lleva a cavo cada primer domingo del mes de junio desde
hace 60 años, siendo este 2013 el año de se 60a aniversario.
Si la cosecha comienza a finales de mayo en arboles tempranos y otros a principio de agosto en los tardíos.
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